El argumento para el anterior intento juicio político a la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, fue el caso del empresario Karin Salum. Hoy es la prisión de Efraín Alegre. Aquélla vez se aclaró que Salum no tenía Covid y que no recibió ningún privilegio. Hoy se va entendiendo que Alegre está detenido por orden de una magistrada por no acatar el proceso judicial.
El tiempo y el discernimiento, parece, van colocando la cosas en su lugar. Cuándo se dispuso la prisión del titular del PLRA, Efraín Alegre, la izquierda y sectores de la oposición intentaron culpar a la Fiscalía. Actualmente ya se sabe que la responsabilidad es de la jueza Lovera, que haciendo uso de sus atribuciones dispuso la detención por violar procesos judiciales que valen para cualquier ciudadano.
Alegre tiene una denuncia formal de sus propios correligionarios liberales. La acusación es por mala utilización de los recursos del PLRA. Se habla de facturas falsas y pagos extraordinarios de manera indebida. Él no está en prisión por este caso, sino porque no se somete a la Justicia para aclarar su responsabilidad o no. Por ende desoye e ignora el proceso judicial que rige para cada ciudadano de la República del Paraguay.